sábado, 26 de febrero de 2022

La novia durmiente

Amanda creyó estar presa de un hechizo cuando se dio cuenta de que su novio Emilio le hacía caer en un sopor inevitable. 

Fue la noche de la pedida de matrimonio. Emilio invitó a Amanda a un restaurante de precio moderado; estrategia que usaba cuando su novia daba señales de desinterés. 

Aquella noche Emilio fue un paso más allá. ‘Amanda, creo que deberíamos casarnos’, le dijo, y le entregó un anillo. A Amanda se le pasó toda su vida por delante: su primer amor, apasionado y tormentoso, que la llevó hasta casi perder la cabeza; el siguiente, un romance tierno que la distancia separó. Luego vino Emilio, que alivió ese instinto que la empujaba a la seguridad; un instinto que se había acentuado con la edad. 'De acuerdo', contestó. ‘Puedo aprovechar las rebajas para comprar el traje’, fue el siguiente comentario de Emilio. Aquella misma noche comenzaron los episodios de sueño. 

Emilio culpó al vino de tener que sacar casi a rastras a su prometida del restaurante. Luego la escuchó encadenar un bostezo con otro durante el viaje de vuelta a casa, hasta que la tiró como un saco en la cama al llegar '¿Te encuentras bien, cariño?' Solo obtuvo ronquidos como respuesta. 'Debió ser la emoción', se dijo, pero aquello fue poco a poco a peor. 

Desde entonces, cuando hablaban, la voz de Emilio, honda y nasal, le llegaba a Amanda como lejana. Su mirada monótona la hipnotizaba hasta el amodorramiento. Se le caían los párpados, a veces hasta la cabeza, golpeando estrepitosamente la mesa.  

Los médicos no vieron nada en analíticas y demás exploraciones. Los curanderos recomendaron hierbas y ejercicios que no dieron resultado. Amanda tomaba más café que nunca, pero sus siestas eran cada vez más largas, hasta el punto de que apenas pasaban tiempo juntos en el que se mantuviese despierta. 

Una noche Emilio, en un empeño por ignorar aquel inconveniente, arrebatado de una pasión insólita en él, trató de intimar con su prometida. Ésta terminó cayendo en un coma profundo. 

Cuando encontraron a Amanda en aquel estado, algunos se preguntaron si podría despertarla un beso de amor, pero su prometido había huido para evitarse mayores contratiempos.